martes, 25 de agosto de 2009

Momento

Despues de acicalar una a una las nubes en sus poros
se ensuciaron sus tímidas lágimas al declive,
Tras pulir con aliento añado mis desaciertos...
los pasos marcados agrietaron mi vereda.

Sobre el frío marco de aquella vieja ventana,
bajo la luz esquiva, oculta en aquella puerta,
se mostró, sin miedo a ser descubierta,
mi memoria en tu mañana.

Y a la sucia gota en el descenso,
al cuarteado camino del insaciable hábito,
y al infortunio del temor por lo amado,
volvio a mi cuarto en aquel momento
el querer tenerte siempre a mi lado.

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