Amaneciò como un dìa de otros tantos, gris, a media tarde y con un millar de ideas dando vueltas y varios puntos en falta sobre las ìes.
La misma caminata de siempre hasta la cocina. La misma idea de desgana de siempre y con la omnipresente ausencia D sinterès hacia todo en lo que un momento me rodeò. Calculaba a medida que emprendìa el viaje hacia ningùn lado la manera de hacer algo que por su calidad fuera palpable...
siguen fallando las fòrmulas que nunca funcionaron.
ES la rutina de verte envuelto en el querer y no saber.. o no poder, pero el estar arropado por la desgana prevaleciente y por la falta de miedo hacia todo, mantenìan intachable la idea de que este dìa serìa distinto a los 8400 anteriores.
Parecìa que sì, parecìa que las canciones que empezaba a escuchar en esta mañana, o mas bièn en esta tarde tenìan alfin algun significado encifrado... pero no era asì, todo sonaba en un inglès macarrònico digno de un examen suspenso en selectivo... Solo me quedaba esperar, que en el fondo es lo que todo ser viviente hace, esperar mientras sigues haciendo cosas... pero al fin y al cabo todos esperamos hasta que llega el dìa determinante, ese momento en que rompes con el pasado de manera estrepitosa y vuelves a encauzar tu vida en torno a ese instante.
Entonces es cuando te das cuenta... te paras y te preguntas:
¿Es realmente que ha aparecido el MOMENTO, o estoy de nuevo esperando?
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